“Reflexiones de un guionista mixteco” por Armando Bautista García
En los últimos diez años participé como guionista y productor en diferentes proyectos de cine en mixteco y aquí quiero compartir algunas experiencias con respecto a la escritura y producción cinematográfica en una lengua indígena.
Con el propósito de revitalizar mi propia lengua empecé a escribir obras de teatro en mixteco. El cine me interesó porque permite incluir diálogos en un idioma original y a la vez que se puede proveer de una traducción por medio de los subtítulos. Esta opción es mucho más limitada para el teatro, donde generalmente no hay manera de incluir subtítulos. Por esta razón inicié a escribir guiones cinematográficos. Mi incursión en el cine desde el teatro se enfocó sobre todo a la ficción, donde el teatro y cine comparten elementos similares, como diálogos, escenificación y performance. En las siguientes entradas, se puede leer más sobre mi participación en varios proyectos fílmicos.
Si quieres citar este texto, sugerimos la siguiente referencia: Bautista García, Armando (2020), “Reflexiones de un guionista mixteco”, editado por el proyecto Indigenous Cinematics / Cinemática Indígena.
El último consejo
El primer cortometraje de ficción que escribí y produje es El último consejo (Itandehui Jansen, 2012). La historia está inspirada en un hecho real que aconteció en mi comunidad de origen cuando era niño. En la comunidad, durante los cambios de autoridad, se solía contar el dinero del pue-blo en público. Todo se exponía en una asamblea ante la vista de toda la comunidad congregada. Cierto día, después de un cambio de autoridad, el dinero fue extraído de la caja municipal. Decidí elaborar una historia inspirada en este evento para invitar a una reflexión sobre el dinero y la corrupción. Quería contrastar una visión comunitaria que busca el bien común, con una visión capitalista que se enfoca al mejoramiento económico del individuo.
La historia gira en torno a un cambio de la autoridad municipal de una comunidad en la región Mixteca. Parte de la ceremonia de cambio de autoridad es el conteo del dinero en la caja municipal. Mientras las autoridades que van de salida cuidaron el dinero pensando en el bien común, las autoridades que van entrando piensan gastarlo lo más pronto posible, pensando en caprichos individuales. Para contrastar estas dos posturas, decidí que las autoridades salientes hablarían en mixteco, mientras que las autoridades entrantes hablarían en español. Esto eventualmente resultó en una división generacional entre actores al momento de filmar la película. En la región donde se filmó el cortometraje era complicado encontrar jóvenes que hablaran mixteco. Por lo cual se decidió que el cabildo de autoridades salientes consistiría de persones de mayor edad, mientras que para el cabildo de autoridades entrantes se decidió buscar actores jóvenes. Este contraste acentúa aún más la diferencia de visiones; es decir la visión comunitaria y la capitalista.
Un guión no es un producto final, sino que es principalmente una herramienta de comunicación con el equipo de producción. El guión debe narrar la historia y a la vez facilitar la colaboración entre director, director de fotografía, departamento de arte, vestuario, sonido, actores y todos los que participan en la realización del filme. Tomando en cuenta que la mayoría del equipo de producción de El último consejo no leía mixteco, decidí escribir el guion en español e incluir los diálogos que serían hablados en mixteco. Por lo tanto, el guión es un documento bilingüe, con textos en mixteco sólo para las escenas con diálogos en este idioma.
Durante la pre-producción la directora y yo decidimos que la historia se tenía que filmar en una comunidad en la mixteca y con hablantes del mixteco para los papeles que lo requerían. Decidimos también trabajar con actores sin formación profesional pero que fuesen de la región. Así decidimos colaborar cercanamente con el Dr. Ubaldo López Garcia y se le invitó representar al miembro de autoridad que deja el cargo político y entrega el mando municipal a un cabildo compuesto de jóvenes. El Dr. Ubaldo es nativo hablante de la lengua mixteca y es reconocido ampliamente por su investigación y labor de revitalización de la lengua mixteca. Durante el rodaje se dejó espacio para que el Dr. Ubaldo pudiera improvisar los discursos políticos en mixteco, ya que él había sido autoridad municipal en su comunidad y comprendía perfectamente el contexto.
En la fase de post-producción el compositor musical, Gerry Celada, sugirió que la música para los créditos podría incluir una canción en mixteco. Nos gustó mucho esta idea y escribí para este propósito un poema basado en los discursos ceremoniales de cambio de autoridad que suelen realizar los pueblos mixtecos (recopilados por el Dr. Ubaldo). La letra de la canción se adaptó porque cuando escribí la primera versión no consideré que sería cantada por una cantante femenina y por lo tanto los pronombres en mixteco resultaron ser los equivocados. Cuando recibí una primera grabación de Gerry, adapté la letra para que pudiese ser cantada por una mujer. La primera versión de la canción se puede leer en este apartado mientras que la versión final y corregida viene en la película:
1 Jukua xika un, xika nda’ando
2 Na kadatsa kuenta kida ita daa
(Na kadaña kuenta kida ita daa)
3 So’nondo nda’atsa vita ja’a
(So’nondo nda’aña vita ja’a)
4 Sa yakui, sa ntsee xanaxi.
1 Na ndutsa metsa en ita kuan, en ita kuixi
(Na nduña meña en ita kuan, en ita kuixi)
2 Na ndutsa en ñuma kuan, en ñuma kuixi
(Na nduña en ñuma kuan, en ñuma kuixi)
3 Na natón, na daye’e ku nundo ndidando
4 Na ndada nachitsa xi’in ita vili kue’endo.
(Na ndada nachiña xi’in ita vili kue’endo)
La grabación de la música se realizó en la ciudad de México con colaboradores cercanos del compositor. Por lo tanto la cantante de la canción no es hablante del mixteco, pero fue asesorada por mi hermano, Roberto Bautista García, quien también actúa en el cortometraje. El proceso de realización del cortometraje por lo tanto contó con diversos instantes de traducción entre mixteco y español.
Alma y Esperanza
Alma y Esperanza (Itandehui Jansen, 2012) fue el segundo cortometraje que realicé como co-guionista y productor. La idea para la historia le surgió a la directora, Itandehui Jansen, cuando visitamos a mis padres en la comunidad Santa María Apazco con sus hijos. El contraste y el cariño entre los niños, que habían crecido en Holanda, y mis padres, que siempre han vivido en su comunidad, invitaba a una historia.
El cortometraje presenta una relación familiar entre dos personajes que no se comprenden debido a una barrera de idioma por un contexto de migración. La historia trata de un encuentro entre una niña que creció en el extranjero (EUA) y viaja a la comunidad de origen de su madre, tras la muerte de ésta, para vivir con su abuela. La niña no habla español, mientras que la abuela sólo habla mixteco. El papel de la abuela es protagonizado por mi madre, Esperanza García López, y el papel de la niña es protagonizado por Dzaui Jansen, hija de la directora.
Las protagonistas, igual que los personajes, no tenían un idioma en común. Mi madre es monolingüe y sólo habla mixteco, mientras que Dzaui en aquel entonces tampoco hablaba español.
La película fue filmada en un contexto familiar. Itandehui dirigió los actores y se encargó de la fotografía, mientras que yo organicé la producción y grabé el sonido. Una producción tan pequeña e íntima no requería de un guión, más aún porque mi madre y Dzaui no estaban acostumbradas a leer guiones y no tenían un idioma en común. La comunicación y el encuentro de la niña con su abuela se escenificó mediante escenas cotidianas, a base de improvisación. La filmación, por lo tanto, se realizó a base de una idea general. Itandehui le hablaba en holandés a Dzaui sobre el contenido de las escenas, mientras que yo me comunicaba en mixteco con mi madre sobre la historia y el personaje. Para la escena en que la abuela recibe una llamada comunicándole la muerte de su hija, yo le recordé a mi madre la preocupación que ella sintió después del terremoto de 1985 y durante un tiempo ya no escuchó nada de una de sus hijas que había migrado a Estados Unidos (EEUU).
Para editar el cortometraje Itandehui colaboró a distancia con el cineasta Esteban Arrangoiz. Para que él conociera la historia, y también para gestionar fondos de post-producción, escribimos un guión a base del material que ya se había filmado. La música nuevamente fue compuesta por Gerry Celada y decidimos escribir una canción en mixteco para los créditos. Gerry tenía en mente una melodía que pareciera una canción de cuna, y yo escribí una canción en mixteco acorde con este concepto.
La realización del cortometraje inició con un proceso de co-creación a través de la comunicación oral en diversos idiomas (mixteco, español y holandés). Para construir la historia y los personajes nos basamos en improvisaciones con actores. Durante este proceso Itandehui y yo nos comunicábamos en español, mi madre y yo nos comunicábamos en mixteco, e Itandehui y su hija se comunicaban en holandés. La historia que surgió de este proceso se plasmó más tarde en un guión cuando ya se había filmado todo el material. En este proceso ya no es posible distinguir claramente entre un idioma “original” y una traducción, si no más bien se entiende como un proceso fluido multilingüe en todo momento.
Tiempo de lluvia (Itandehui Jansen, 2018) es un largometraje que se inspira en mi propia migración desde una comunidad rural a la ciudad cuando era un niño de once años. La historia no es autobiográfica, pero sí intenta expresar diferentes aspectos de la migración de niños y jóvenes de comunidades rurales a centros urbanos. La película aborda la separación familiar y explora la distancia, no sólo física, sino también lingüística y cultural entre diferentes generaciones producida por esta migración.
La historia de Tiempo de lluvia se centra en tres generaciones: Soledad, una curandera en una comunidad mixteca; Adela, su hija quien migró a la ciudad; y el hijo de Adela, José, que está a punto de unirse con su madre en la ciudad. Soledad, la curandera y abuela, habla tanto mixteco y español. Sin embargo, Adela, la hija de Soledad, prefiere hablar sólo español. Opté por este contraste en el guión para provocar una reflexión sobre el efecto de la migración económica sobre la lengua y la herencia cultural. Alejandra Herrera, la actriz que protagoniza el papel de Adela, sentía que su personaje podría volver a hablar mixteco cuando retorna al pueblo. Durante el rodaje, adaptamos los diálogos al mixteco de la escena donde Adela vuelve al pueblo, que originalmente estaban planteados en español. Yo asesoré a la actriz en la pronunciación de estos diálogos. Por lo mismo la película final incluye dos variantes del mixteco, la de San Miguel el Grande (Ángeles Cruz) y la de Nochixtlán (yo).
Inicialmente escribí un guión en mi propia lengua y lo traduje al español después. La mayoría de las escenas en mixteco en la película se refieren a las actividades que realiza el personaje de Soledad como curandera y tienen un aspecto ceremonial. Por ejemplo, hay una escena en que Soledad realiza un ritual de curación. Los rituales de curación en la Mixteca suelen incluir ciertas frases específicas. En otra escena Soledad “lee” granos de maíz, para comprender lo que trae el futuro. La lectura del maíz era una práctica común en la Mixteca pero ya no lo es y por esta razón me basé parcialmente en investigaciones etnográficas sobre prácticas similares en la región Mixe. En otra escena Soledad reza por su hija en la iglesia. Aunque esto es un rezo personal, es de esperarse que el lenguaje de Soledad en este contexto sea ceremonioso. Para esto, como parte de la investigación para la escritura del guión, realicé entrevistas con curanderas de mi comunidad. Todas estas entrevistas fueron en mixteco. Las escenas en Tiempo de lluvia que presentan ceremonias y curaciones están inspiradas en estas entrevistas, pero los textos para la película son nuevos. Mi intención era crear un personaje de ficción con un lenguaje propio y a la vez quería respetar el conocimiento de las curanderas que entrevisté, por lo cual no quería usar literalmente los textos que ellas me habían compartido.
Desde el inicio el personaje de Soledad fue concebido para la actriz Ángeles Cruz, quien es originaria de una comunidad mixteca. Sin embargo, la variante dialectal del mixteco que habla Ángeles Cruz es distinta a la variante dialectal que hablo yo. Por esta razón los textos en mixteco que yo escribí se tuvieron que adaptar a la variante dialectal de Ángeles. La diferencia entre nuestras variantes era tan grande que de hecho tuvo que hacerse una traducción de los textos. Para esto, Ángeles colaboró cercanamente con la señora Sabel Sánchez, quien conocía el lenguaje ceremonial de su propia región.
Hacer cine me ha permitido experimentar diferentes procesos creativos. Y también creo que es importante fomentar la expresión cultural y lingüística de los pueblos indígenas tanto en el cine como en otros medios. Expresar la diversidad cultural en el cine nos permitirá encontrar un diálogo más fructífero con la perspectiva de construir una sociedad más justa y equitativa.
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